martes, mayo 29

Aquí no a pasado nada

La frustración y el abandono no ya del compromiso ideológico sino de la mera identificación política son los resultados directos de esta situación.

4. Se ha vuelto a producir un fenómeno electoral verdaderamente preocupante y expresivo del tipo de sociedad en la que nos desenvolvemos. En ciudades en donde sus gobernantes han sido públicamente reconocidos como corruptos mediante grabaciones u otros medios de prueba inconfundibles, en donde se han producido desmanes urbanísticos manifiestos, en donde se han denunciado con todo tipo de evidencias escándalos, apropiaciones indebidas, tratos de favor a constructores amigos y muchas otras actuaciones de esta naturaleza, los gobernantes han vuelto a ser elegidos con el mismo o mayor apoyo que antes. Y no sólo porque esos hechos hayan producido una desafección de los electores, hartos de todo ello, sino incluso porque han aumentado cuantitativamente sus propios votantes.

Eso quiere decir que estas elecciones demuestran que nuestras sociedades se han hecho completamente opacas, que efectivamente vivimos ya en el universo en el que casi nadie (o al menos las grandes mayorías) quiere o puede ver lo que efectivamente ocurre, ni puede librarse del efecto que produce la comisión del crimen perfecto del que habló Baudrillard: el asesinato de la verdad. Todo da igual, nadie es responsable.

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