lunes, abril 10

Carta a los intermediarios culturales

Estimados intermediarios culturales, editores, asociaciones de gestión de derechos, fonográficas y distribuidoras cinematográficas todas: espero que al recibo de la presente se encuentren ustedes bien. Aunque tengo entendido que algunos mejor que otros. Nosotros, los creadores y consumidores de cultura, jamás nos hemos encontrado mejor, gracias sean dadas al cielo. Nunca habíamos tenido tantas facilidades para crear y darnos a conocer, ni tanta variedad cultural a mano. Gracias a Internet, a quien los dioses guarden muchos años, quienes practicamos la cultura disfrutamos de una situación envidiable.

El objeto de la presente es avisarles de un grave peligro para su integridad económica que puede hasta amenazar su supervivencia. Y es que la cultura necesita con urgencia que desarrollen ustedes un modelo de negocio en Internet; a ser posible uno que funcione, para variar; lo de mitad de género al doble de precio no sirve. Hace falta algo, y pronto. Porque corren ustedes el riesgo de desaparecer por completo como negocio. O de transformarse en una sucursal de la mafia, la de verdad, la que rompe piernas. Y eso sería malo; fatal para ustedes, pero también malo para nosotros. No queremos que ocurra.

Verán, están ustedes tan ocupados endureciendo las leyes; denunciando gente por millares y quejándose amargamente que no se dan cuenta de lo que están creando con tanta presión. Están ustedes criminalizando las redes de intercambio de ficheros entre iguales (P2P) e instando a su persecución judicial. Y con ello dan alas a un monstruo aterrador. Se llama Freenet, y su última versión está ya en alfa. Se trata de una red P2P del tipo 'darknet', así que es imposible meterle mano judicialmente, pues los participantes están protegidos; está encriptada, con lo que no se puede saber qué hay dentro; y además no puede detectarse su uso. Y para colmo no es la única. Son las redes P2P del demonio; descendientes por darwiniana selección judicial del proceso que iniciaron ustedes cuanto ejecutaron a Napster en lugar de cooptarlo. Son sus criaturas, y como la creada por el doctor Víctor Frankenstein pueden acabar con ustedes.

Si siguen ustedes encarcelando o multando a gente por participar en redes P2P no sólo harán el ridículo (se usan cada vez más), sino que aumentarán el incentivo para usar Freenet. ¿Y entonces, qué? ¿Cuál será el siguiente paso? ¿Criminalizar la posesión de este programa? ¿Instalar controles de hardware, generando un mercado negro de 'chips' desprotegidos? ¿Romper piernas?

De ahí esta llamada a la sensatez por el bien de todos los que nos beneficiamos de que los autores sean compensados y sus obras profesionalmente editadas, promocionadas y distribuidas. Inventen ustedes, especialistas en industria cultural, un negocio que no dependa de intentar encarcelar a sus mejores clientes. Dejen de empujar a los internautas a los brazos de Freenet. O de lo contrario todos lo acabaremos usando, ustedes desaparecerán del mapa y quienes participamos en la cultura saldremos perdiendo.

Confiando en la solidez de su juicio y en la sobriedad que proporciona el inminente riesgo para la supervivencia, atentamente se despide un cliente suyo que lo es.

Copipasteado de forma ruin y traicionera de Retiario